sábado, 10 de diciembre de 2011

Entre dos millones de habaneros, solo el “masturbador de banderas” vio los fuegos provocadores de la flotilla


La Flotilla que partió de Miami rumbo al límite de las costas cubanas, con el trasnochado propósito de convocar una revuelta popular dentro de la isla a golpe de cazuelas y mítines callejeros,  solo consiguió como resultado de su travesía, una larga lista de gastos que van desde el combustible de las cinco embarcaciones que participaron de la aventura provocadora, los artilugios pirotécnicos (los que se usaron y los que se mojaron) y un mal tiempo que espero no haya provocado demasiados daños físicos a los improvisados navegantes.
Los fuegos artificiales que lanzaron las huestes de Ramón Saúl Sánchez, a solo 20 kilómetros de la costa cubana, no fueron vistos por los habaneros –principales destinatarios- y ni siquiera uno solo de los tantos fotorreporteros de agencias internacionales (EFE, Reuter, AFP, AP y todas las demás que están acreditadas en la Habana), reportaron el incidente.
Solo un sórdido bloguero, de los más connotados creadores de falsas historias, y que se vanaglorió hace algunos años de eyacular asquerosamente sobre la bandera cubana, fue capaz de alcanzar a ver la imagen lejana de los fuegos desestabilizadores. ¿Cierto o falso? ¿Realmente los vio, o clonó las festinadas luces en su Photoshop acostumbrado a crear asaltos y barbaries donde no las hay?
Y no estoy desbarrando. Lean el enlace del intento de crónica de este sujeto y observen la foto que está encima de este texto. Él asegura haber subido a un “edificio enano” en el Malecón de La Habana, pero llama la atención que frente al malecón,…. !!!Sólo hay agua y mar!!!, y en esta foto se ven varias manzanas de edificaciones. Sin dudas, algo en esta historia, no anda bien.

El tipejo de marras –jamás merecerá mi respeto-, publicó en su blog una cantinflesca nota que tristemente rebotó en un par de sitios digitales, incluyendo el de Yoani Sánchez, su “partner” en el negocito de satanizar a su propia tierra. Mientras, cientos de miles de blogueros de todo el mundo, respondían a esta patraña con la campaña #DerechosdeCuba, solidarizándose con la causa cubana.
La prensa de Miami no esperó para publicar largos cintillos en sus medios de prensa, por supuesto, sin mencionar que miles de jóvenes habían estado, justo en el escenario de las provocaciones, disfrutando al aire libre de un gigantesco concierto del popular músico X Alfonso y su banda, que a golpe de rock hizo bailar a los habaneros, que no tuvieron tiempo de mirar de soslayo hacía el norte de fuegos invisibles.
La idea original de la flotilla organizada en Miami se perdió entre las turbulencias del Estrecho de la Florida. Suponían tener el poder de convocatoria suficiente como para provocar un desborde popular, al estilo de los últimos acontecimientos ocurridos en Egipto, Yemen, Libia o Siria. Si en esos lugares funcionó la desestabilización, ¿por qué no en Cuba?
Las exiguas fuerzas internas de una oposición al servicio de las grandes corporaciones en Miami no pudieron enfrentar el empuje popular. Las calles cubanas estaban tomadas por miles de jóvenes, que aceptaron el reto de la provocación y salieron a defender lo que creen justo.
Muchos de los añoran ver rodar en pedazos a la Revolución Cubana, se preguntan todos los días por qué los cubanos no terminan de lanzarse a las calles para tumbar al gobierno. Pero hoy no hablaremos de eso, porque será el tema del próximo blog. Ya sacaremos las cuentas, ustedes y nosotros. Nos mantenemos en contacto.

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